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Célebre Constitución Apostólica del Papa Clemente XI, condenando 101 tesis de Pasquier Quesnel, que puso a prueba la dependencia romana de la Iglesia francesa y exacerbó el galicanismo.
En 1671 Quesnel había publicado un libro titulado "Abrégé de la moral de l'Evangile" (Resumen de la moral del Evangelio), el cual desencadenó una serie de reacciones y conflictos eclesiales que conmocionaron Francia.
Contenía ese libro la explicación de los Evangelios en francés, con comentarios breves para la meditación. Había sido aprobado por el Obispo Vialart de Châlons. Una versión ampliada, conteniendo un texto anotado en francés del Nuevo Testamento, apareció en tres volúmenes en 1678. Otra edición posterior en cuatro volúmenes se editó bajo el título "Le nouveau testament en francais avec des reflexions morales sur chaque verse, pour en rendre la lecture plus utile et la méditation plus aisée." (París, 1693-94). Esta última edición fue recomendada por el Obispo Noailles, sucesor de Vialart en Châlons. Sin embargo esta última edición había aumentado los errores de claro sabor jansenista.
Varios obispos prohibieron su lectura en sus diócesis. Clemente XI la condenó en el Breve "Universi Dominici Gregis", el 13 de Julio de 1708. Este Breve provocó la oposición de diversos teólogos y algunos Obispos, pues su léxico parecía combatir directamente las llamadas "libertades galicanas", que eran una forma de entender la originalidad francesa fomentada por la Corte de Luis XIV frente a Roma.
Noailles, Arzobispo de París y nombrado cardenal, se negó a aceptar el Breve. Orgulloso y galicano, mantuvo la aprobación del libro condenado por Roma, pero que él mismo había aprobado y alabado siendo Obispo de Châlons.
Varios obispos y el mismo Luis XIV pidieron al Papa emitir una Bula en lugar del Breve y que se evitaran las expresiones contrarias a las "libertades galicanas". El Papa cedió para evitar una ruptura y en Febrero de 1712 nombró una Congregación de cardenales y teólogos para señalar los errores de Quesnel en su libro. La Congregación, presidida por el Cardenal Fabroni tardó 18 meses en su tarea y preparó la Bula "Unigenitus Dei Filius" publicada en Roma el 8 de Septiembre de 1713. En ella se rechazaba a los "falsos profetas secretamente esparcen doctrinas perversas bajo la cubierta de la piedad e introducen sectas ruinosas bajo la imagen de santidad".
Y condenaba 101 proposiciones tomadas literalmente de la última edición de la obra de Quesnel. Las denominaba "falsas, capciosas, malsonantes, ofensivas a los oídos piadosos, escandadosas, perniciosas, precipitadas, injuriosas a la Iglesia y sus prácticas, contumaces para la Iglesia y el Estado, sediciosas, impías, blasfemas, sospechosas de error”.
Estaban teñidas de herejías, frecuentemente condenadas por heréticas y renovadoras de varias herejías, especialmente de aquellas contenidas en las famosas proposiciones de Jansenius.
Las primeras 43 son los errores de Bayo y de Jansenio acerca de la gracia y de la predestinación: la gracia sólo obra con la omnipotencia y es irresistible; sin la gracia el hombre sólo puede pecar; Cristo murió sólo por los elegidos.
Las 28 siguientes (44-71) afectan a la fe, esperanza y caridad: todo amor que no es sobrenatural es malo; sin amor sobrenatural no puede haber esperanza en Dios, ni obediencia a su ley, ni buenas obras, ni oración, ni mérito, ni religión; la oración del pecador y sus buenas obras son malas.
Las últimas 33 (72-101) afectan a la Iglesia y a los sacramentos: la Iglesia sólo se forma con los elegidos; la lectura de la Biblia es obligatoria. La absolución requiere la previa satisfacción.
Luis XIV recibió la Bula en Fontainebleau el 24 de Septiembre de 1713. La hizo conocer al Cardenal Noailles, que ya había revocado en Septiembre su aprobación al libro de Quesnel otorgada en 1695. El rey ordenó convocar la Asamblea del clero francés en París. Noailles nombró una Comisión presidida por otro Cardenal, Mns. Rohan de Estrasburgo, para estudiar el asunto. Intentó que no se aceptara la Bula sin más, sino que se volviera a redactar de otra forma más conforme con la "libertad galicana".
Pero la Comisión decidió una aceptación incondicional de la Bula el 22 de Enero de 1714 con una votación de cuarenta contra nueve.
El rey ordenó registrar la bula en el Parlamento el 15 de Febrero y la Sorbona lo hizo el 5 de Marzo. Pero Noailles prohibió a sus sacerdotes, bajo pena de suspensión, aceptar la Bula sin su permiso. Roma condenó esta medida. Los obispos no presentes en la asamblea aceptaron la Bula en su mayoría (72 contra 7 que la rechazaron). Casi todos condenaron el libro de Quesnel, salvo el Obispo De la Brue de Mirepoix.
Clemente XI intentó convocar a Noailles ante la Curia y amenazó con despojarlo de la púrpura. Pero el rey y sus consejeros vieron un peligro en ello para las "libertades galicanas" y propusieron la convocatoria de un Concilio nacional para juzgar a Noailles y su grupo. El Papa rechazó la propuesta y redactó dos Breves: uno demandando la aceptación incondicional de la Bula por parte de Noailles en quince días, bajo pena de perder la púrpura y caer en excomunión; y otros más bondadoso exhortando a aceptarla Bula y la autoridad de la Sede Apostólica.
Ambos fueron enviados al rey con el ruego de usar el más conveniente según la reacción de Noailles, que no dio señales de estar dispuesto a la retractación. Por otra parte el Breve más fuerte fue rechazado por el rey por inaceptable.
Luis XIV insistió en la convocatoria de un Concilio nacional, pero murió el 1 de Septiembre de 1715. El sucesor como regente, el Duque Felipe de Orléans, se puso de parte de Noailles plenamente y el conflicto se agrió. La Sorbona reclamó el 4 de Enero de 1716 nuevamente el rechazo de la Bula y veintidós catedráticos fueron expulsados de la facultad.
Las Universidades de Nantes y Reims se unieron a la Sorbona. Clemente XI retiró a la Sorbona todos los privilegios y privó a sus autoridades del poder de conferir grados académicos el 18 de Noviembre. Mandó dos Breves, que fueron rechazados por el Regente. Se envió a Roma a Chevalier, el Vicario General jansenista de Meaux, a quien el papa no quiso recibir por venir en son de guerra.
El 1 de Marzo de 1717 cuatro obispos: Soanen de Senez, Colbert de Montpellier, Delangle de Boulogne y De La Broue de Mirepoix, redactaron una apelación contra la Bula y a favor de un Concilio Universal. A los que se adhirieron a esta medida se le llamó en adelante "apelantes".
El clero francés quedó divido entre los fieles a Roma y los apelantes, que abundaron en París y en Reims. En ambos grupos hubo sacerdotes, catedráticos, simples fieles y hasta algunos Obispos.
A pesar de una carta personal del Papa del 25 de Marzo y otra de los cardenales de Roma pidiendo a Noailles su sumisión, él contumaz cardenal y arzobispo redactó una apelación el 3 de Abril, oponiéndose a "un papa manifiestamente equivocado y a la Constitución Unigenitus. En virtud de los decretos de los Concilios de Constanza y Basilea apelaba a un papa mejor informado y a un Concilio Universal que se debe reunir sin cortapisas y en un lugar seguro". El 6 de Mayo escribió una carta al papa justificando su posición y defendiendo a sus seguidores.
El número de apelantes alcanzó los 2.000, incluidos los seglares. Era número pequeño para toda Francia, pero muy dotados de dinero para hacer propaganda y publicaciones en favor de su postura. El 8 de Marzo de 1718 apareció un Decreto de la Inquisición, aprobado por Clemente XI, condenando la apelación de los cuatro obispos como cismática y herética, así como a Noailles por rebelde y próximo a la herejía. El Papa publicó la Bula "Pastoralis officii" el 28 de Agosto de 1718.
Excomulgó a todos aquellos que rehusaron aceptar la Bula "Unigenitus", nueva Bula, que fue rechazada y objeto de la apelación. Noailles hizo un gesto de sumisión el 13 de Marzo de 1720 con una explicación de la Bula, pero obligado por el Secretario de Estado francés, Abbe Dubois. A su explicación se adhirieron 95 obispos. También hizo pública una ambigua instrucción pastoral el 18 de Noviembre de 1720.
Después de la muerte de Clemente XI, el 19 de Marzo de 1721, los apelantes continuaron con su obstinación durante los pontificados de Inocencio XIII (1721-1724) y Benedicto XIII (1724-30).
Noailles, el alma de la oposición, finalmente realizó una sincera e incondicional sumisión el 11 de Octubre de 1728, muriendo poco después el 2 de Mayo de 1729. El nuevo Arzobispo de París. Mons Vintimilley, apoyado por el Gobierno francés, logró luego la gradual sumisión de la mayoría de los apelantes. (Ver Noailles. Ver Apelantes)
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